Como no es una persona, no puede tener tutor que administre su fortuna, una situación que ahora trata de revertir la asociación austriaca VGT con apoyo del Proyecto Gran Simio.
Esta es la curiosa historia de un chimpancé llamado Hials, al que le donaron una fortuna para su mantenimiento en un centro de recuperación de animales en Austria, pero al no ser jurídicamente una persona, el homínido no cuenta con un tutor que pueda administrar ese dinero. Para solucionar la situación, la Asociación contra los Criaderos Industriales -siglas VGT en austríaco- junto al Proyecto Gran Simio, intentan que el tribunal de la ONU declare que Hials tiene derechos humanos.
Capturado en la selva de Sierra Leona en 1982 cuando pequeño, este chimpancé fue enviado a Austria, donde iba destinado a un laboratorio, pero un día antes de su arribo, este país había firmado la convención CITES -contra el comercio de especies amenazadas-, y Hials evitó su sino y acabó criándose con una familia humana que se hizo cargo de él. Cuando creció, la familia decidió llevar a Hials a un centro de recuperación de animales con unas instalaciones adecuadas para que pudiera vivir con otros congéneres. En 2006, este centro entró en crisis económica y no contaba con dinero suficiente para su cuidado hasta que recibieron una donación anónima para la manuntención de Hials, pero con la condición de que le fuera asignado un tutor legal que le administrara la fortuna durante toda su vida.
"La batalla legal comenzó en los tribunales austriacos pero todos los juicios se perdieron sin que los jueces señalaran nunca que no se trata de una persona. De hecho, la normativa austriaca reconoce que los homínidos son personas y desde el año 1997, los grandes simios como son los chimpancés son considerados homínidos", señala Pedro Pozas, director de Proyecto Gran Simio en España, quien explica que únicamente si Hials es considerado como persona, puede tener derecho a recaudar dinero para sí mismo y reclamar daños y perjuicios si alguna vez es vendido o raptado.
El caso llegó hasta Estrasburgo, donde los jueces del alto tribunal de la ONU deberán dirimir si Hials tiene derechos humanos y, con él, otros congéneres. Para colaborar en la labor, el Proyecto Gran Simio ha puesto en marcha una campaña de envío de cartas de apoyo por correo electrónico al Comisariado de Derechos Humanos de la Unión Europea.
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Fuente:El Mundo
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