Desde que fuera identificado por primera vez en 1976, el virus del Ébola -que lleva el nombre del río de la República Democrática del Congo donde se produjo el primer brote-, los científicos han ido poco a poco desentrañando las características de este microorganismo.
Como un arbusto. Así más o menos es la estructura de la superficie del virus Ébola antes de infectar la célula humana, según un trabajo publicado en la revista 'Nature'. Los autores de esta investigación han logrado, además, conocer un poco mejor el mecanismo por el que este microorganismo infecta las células humanas. Se trata de un 'mapa de carretera' para guiar el desarrollo de vacunas y anticuerpos para prevenir o luchar contra esta infección tan letal.
Gracias al trabajo con cristalografía de rayos X, una técnica que permite pasar estos rayos a través de un cristal, investigadores del Instituto de Investigación Scripps de La Jolla, California -EEUU-, han obtenido las imágenes de una de las más importantes proteínas que conforman el Ébola.
Así, hasta el momento se sabía que su genoma contiene siete genes que sintetizan ocho proteínas. Un estudio, publicado en el año 2000 también en 'Nature', señalaba a la proteína que se encuentra en la envoltura del virus, denominada GP, como la responsable de los síntomas hemorrágicos que se dan en los pacientes infectados. Según éste y otros trabajos, la GP se une al endotelio que recubre los vasos sanguíneos y origina su destrucción y, por tanto, el sangrado.
Los científicos de La Jolla se han dirigido precisamente a esta proteína que es la única responsable de la entrada del virus en el organismo. "La estructura cristalina explica cómo la GP es 'diseñada' para reconocer nuevas células huésped [del hombre] y conducir la fusión entre las membranas viral y humana, mientras se esconde del sistema inmune", explicó Erica Ollmann Saphire, una de las autoras del estudio e investigadora del Instituto de Investigación Scripps.
"Esta estructura sirve como un importante modelo para comprender no sólo los ebolavirus sino otros virus de los que todavía no están disponibles las estructuras de sus glicoproteínas", indicó Erica Ollmann.
Desde 1994, los brotes de Ébola se han cuadruplicado. De ahí que se vea como una necesidad imperiosa el desarrollo de vacunas y terapias para las personas que, intencionadamente, accidental o naturalmente, se infecten con este virus que produce la muerte en el 50% de los afectados.
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Fuente: El Mundo
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