Los castigos que sustituyen al internamiento resultan efectivas en un 80 % de los casos. En un 60% de los casos, el juez de menores en Cataluña sentenció con medidas de medio abierto, sobre todo libertad vigilada y sólo en un 10% de los casos se les internó en un centro de menores.
Los jueces intentan evitar el internamiento de los menores infractores y buscan penas alternativas que sean acordes con el delito cometido. "En el 80 % de los casos resultan efectivas", dice Emilio Calatayud, juez de menores de Granada. Así, los hay que terminan realizando tareas para ayudar a colectivos desfavorecidos o recibiendo cursos de seguridad vial.
En la actualidad, la Ley del Menor incluye tres tipos de medidas condenatorias: las de internamiento, destinadas a delitos graves; las de medio abierto, como beneficios a la comunidad, tareas socio-educativas y libertad vigilada; y las reparaciones extrajudiciales, las cuales no requieren juicio.
Sólo entre un 10 y un 20% de jóvenes infractores son internados en un centro de menores: "Se trata de evitarlo con otras medidas que reparen el delito sin necesidad de privar la libertad", destaca el juez Calatayud y autor del libro Mis sentencias ejemplares (Esfera).
Los menores que son condenados suelen serlo por robos con violencia e intimidación y hurtos. Sólo en los casos de delitos muy graves, como el homicidio o cuando se tratan de menores violentos y reincidentes, ingresan en centros de internamiento. Lo dice Juan Francisco Franco, coordinador del área de menores conflictivos de la Comunidad de Madrid, quien ejecuta las decisiones de los jueces. Así como los menores que cometen delitos por maltrato a la familia: "Hemos detectado en el último año el aumento de un 9 % de los casos de menores agresores en el ámbito familiar", añade.
En Madrid, el año pasado los jueces impusieron 4.000 medidas a jóvenes de entre 14 y 17 años: "De ellas, 3.000 fueron de medio abierto, sobre todo se les aplicó la libertad vigilada", explica Franco.
Calatayud recuerda que él empezó a aplicar el medio abierto en 1988:"A mí me parecía que en los internamientos se cometían muchos abusos". Por eso decidieron empezar a castigar al infractor "con penas que van desde limpiar fachadas del juzgado y el calabozo; está demostrado que funcionan".
En Cataluña, el año pasado 7.600 jóvenes entraron en contacto con la Justicia: "Un 30% de asuntos se resolvieron sin llegar a juicio y en el 85% de los casos hubo informe positivo", dice Jordi Samsó, director general de Justícia Juvenil de la Generalitat, refiriéndose a la mediación penal en menores.
Además, el perfil del menor delincuente ha cambiado. "Ya no es como en los ochenta, cuando eran chavales marginales. Ahora todas las clases sociales están equiparadas", concluye Calatayud.
Una joven llegó al juzgado del magistrado Calatayud acusada de pegar a otra muchacha porque "la había mirado mal". El juez condenó a la menor a limpiar espejos durante 50 horas como castigo a su agresión. Y así hasta centenares de sentencias ejemplares dictadas por este magistrado de Granada. Una de las últimas, a un muchacho que colgó una canción en internet insultando a sus profesores. Calatayud le condena ahora a escribir otra letra bien diferente, de alabanza a sus maestros. Castigos a los menores para que aprendan la lección.
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Fuente: ADN
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