La morada del príncipe rumano Vlad III «El Empalador», personaje que inspiró a Bram Stoker, no encuentra un comprador. La oferta de Abramovich se esfumó; sus herederos quieren crear ahora una empresa para gestionar una «leyenda» indeseada. Construido en 1378 sobre la cumbre de una roca, el castillo de Bran fue regalado por el condado de Brasov en 1920 a la reina María, quien lo utilizó como residencia de verano.
Los nietos de la reina de María de Rumania (1914-1927) y herederos del castillo de Bran -más conocido como el castillo de Drácula- pretenden deshacerse de la imagen del famoso «vampiro» que ha dado celebridad a la región de Transilvania, en el centro de Rumania.
Sus actuales propietarios, el archiduque Dominic de Habsburgo-Lothringen y sus hermanas María Magdalena Holzhausen y Elisabeth Sandhofer, se encuentran hartos del mito que rodea la fortaleza. «Drácula es sólo un mito, por ello no lo combatiré directamente, porque la gente ama estas fantasías. Pero no lo promoveré», declaró el archiduque, durante una visita al castillo en compañía del ministro de Cultura rumano, Theodor Paleologu.
Construido en 1378 sobre la cumbre de una roca, el castillo de Bran fue regalado por el condado de Brasov en 1920 a la reina María, quien lo utilizó como residencia de verano. En 1948 fue confiscado por el régimen comunista y convertido en museo. En mayo del 2006 el Gobierno rumano restituyó la propiedad del castillo a los hijos de la princesa Ileana, sus legítimos herederos. En esa oportunidad, Dominic de Habsburgo, acordó con el Ministerio de Cultura, que continuaría como museo, hasta el póroximo 18 de mayo próximo, fecha para la cual los Habsburgos esperan encontrar un comprador, a pesar de la crisis. Algo que ya hacen desde finales de 2006.
El condado de Brasov que recibe cada año la vista de casi medio millón de turistas, se mostró interesado en recuperar la propiedad, pero la cantidad de 60 millones de euros exigida (la revista Forbes, estima que su valor es de 140 millones de euros) les pareció desorbitada.
En enero del 2007 los Habsburgo optaron por aceptar que el Estado comprase el castillo y se hiciese cargo de su gestión. Pero dos semanas después del acuerdo, sus propietarios cambiaron de opinión, anunciando que había sido vendido por 50 millones de euros al magnate ruso, Roman Abramovich. Tiempo después el inmueble fue nuevamente puesto a la venta, sin que se supiese que pasó con la oferta del dueño del club de fútbol Chelsea.
La pista de la venta se esfumó hasta que el fin de semana pasado, Dominic de Habsburgo declaró que la familia tiene intenciones de crear ahora una empresa en Rumanía para la gestión del castillo, si no se hayase un buen comprador.
Probablemente se trate de una empresa mixta entre el Estado y los Habsburgos. En todo caso Dominic pretende disociar el castillo de la leyenda. Tarea casi imposible. Las leyendas sobre el príncipe Vlad III «El Empalador» sobreviven a todo tipo de marketing.
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Fuente: ABC
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