Un proyecto prevé la construcción de 18.000 viviendas en un lago ante la carestía y la falta de espacio en Amsterdam. Holanda, con 16,5 millones de habitantes, es el país más poblado de la UE tras Malta.
En Ijburg, nuevo barrio residencial de Amsterdam, un centenar de casas flotan sobre un lago: después de haber luchado durante siglos contra el agua, los Países Bajos quieren convertirla en una aliada para paliar la falta de espacio en su densamente poblado territorio.
«Hay mucha agua en los Países Bajos; ha sido utilizada para la navegación y el ocio. Queremos ver si es posible también vivir en ella», explica Ton van Namen, director de la sociedad Monteflore, que ha construido más de la mitad de las casas en el oeste del lago Ijmeer.
De forma cúbica, con muros de pícea (un tipo de abeto) recubiertos de tabiques de plástico de color crema, paja o ladrillo, las casas flotantes, a una decena de kilómetros del centro de la ciudad, se construyen en pocos meses con materiales no contaminantes. Los primeros habitantes se instalaron en el 2008. «Puede que sea el principio de una solución a la falta de espacio», subraya Igor Roovers, director de la célula creada por Amsterdam para garantizar el desarrollo de Ijburg. «Es el mayor proyecto de este tipo en toda Europa», precisa.
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Holanda, con 16,5 millones de habitantes, es el país más poblado de la UE tras Malta.
Las casas se sustentan sobre lagunares de hormigón flotantes y se sujetan con dos pilares sólidamente plantados en el agua que aseguran su estabilidad, permitiendo seguir las variaciones del nivel del agua. Están comunicadas con la tierra firme y conectadas al gas, la electricidad y el agua a través de muelles de carga. «Vivir en esta casa me produce un sentimiento de libertad. Tengo la impresión de estar siempre de vacaciones», se entusiasma Rik Uijlenhoet, que nos enseña su vivienda de 175 metros cuadrados en tres plantas. «No notas que estás sobre el agua: esto solo se adivina cuando el brillo del salón se mueve», asegura este piloto de línea de 43 años, que vive con su mujer y tres hijos.
Según Rik Uijlenhoet, le hubiera resultado «casi imposible» hacerse construir una casa similar en tierra firme. En total, la casa le ha costado 600.000 euros, o sea a 3.500 euros el metro cuadrado mientras que los precios pueden llegar hasta los 7.000 euros el metro cuadrado en el centro.
La amenaza del hedor
Con el tiempo, el lago Ijmeer albergará unas 170 casas flotantes, que estarán rodeadas de 18.000 nuevas viviendas en construcción sobre islas artificiales. El lago, que desemboca en el norte en otra extensión de agua, de un total de 68.508 hectáreas, podría potencialmente acoger a otros miles de casas.
Pero «si se construyen demasiadas viviendas, la luz ya no alcanzaría el agua y la vida acuática languidecería. El agua muere y desprende entonces un desagradable hedor», explica Igor Roovers.
«No hemos hallado todavía una solución duradera». Otras municipalidades, como Almere, en la ribera este del Ijmeer, y Leeuwarden, en el norte, se han lanzado también a la experiencia de las casas flotantes.
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Fuente: Periodico
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