Luego de los dinosaurios...¿o no? |
Pese que las secuencias de ADN arcaico representan sólo un 2-3% de lo que se encuentra en los humanos modernos, esto no significa que el mestizaje no fuera más amplio.
Hoy en día es ampliamente aceptada la idea de que la especie Homo sapiens se originó en Africa y se extendió por todo el mundo. Sin embargo, se desconocía si los primeros seres humanos se cruzaron con formas más ancestrales del género Homo como, por ejemplo, el Homo erectus, el "hombre que camina erguido", el Homo habilis, el "hombre diestro" o el Homo neanderthalensis, famoso por sus pinturas en las paredes de las cuevas, tal y como lo confirma ahora un estudio publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).
"Hemos encontrado pruebas de hibridación entre humanos modernos y formas arcaicas de Africa. Parece que el linaje del ser humano siempre ha intercambiado genes con vecinos morfológicamente divergentes", ha afirmado el investigador Michael Hammer.
Según ha señalado el investigador, los recientes avances en biología molecular han permitido extraer el ADN de decenas de fósiles de hace miles de años y compararlo con el de sus contrapartes modernas. Sin embargo, añade que "no hay ADN fósil de Africa para comparar con el del hombre moderno". "Los neanderthales vivieron en climas más fríos, pero el clima en las zonas más tropicales hace que sea muy difícil que el ADN sobreviva tanto tiempo, por lo que la recuperación de muestras utilizables a partir de ejemplares fósiles es casi imposible", ha añadido.
Sobre el trabajo, el experto ha apuntado que "es diferente de la investigación que condujo a los avances en la genética de Neanderthal" al "no poder disponer directamente de ADN antiguo de más de 40.000 años de edad y hacer una comparación directa". Para superar este obstáculo, el equipo de la Hammer siguió un método de cálculo y estadística. "En su lugar, nos fijamos en el ADN de los humanos modernos pertenecientes a poblaciones africanas y buscamos regiones inusuales en el genoma", ha explicado.
Ya que no se conocen secuencias de ADN de los homínidos arcaicos ahora extintos, el equipo tuvo que averiguar qué características del ADN moderno podrían representar fragmentos que pudieran provenir de las formas arcaicas. Según ha dicho Hammer, "lo que sí se conocía es que las secuencias de estas formas, incluso las de los neandertales, no son tan diferentes de aquellas de los humanos modernos".
Los investigadores utilizaron simulaciones para predecir cómo serían las secuencias de ADN antiguo si hubieran sobrevivido en el ADN de nuestras propias células. En primer lugar, el equipo secuenció extensas regiones de genomas humanos a partir de muestras tomadas de seis poblaciones que viven en el Africa actualmente, y trató de hacer coincidir estas
secuencias con su hipótesis de las formas arcaicas. Los investigadores se centraron en las regiones no codificantes del genoma, secuencias de ADN que no contienen genes y sirven como modelos para las proteínas.
En palabras de Hammer, "se estudia el patrón general de variación en el ADN secuenciado en las poblaciones africanas, y se empieza a buscar regiones que parecían inusuales".
Posteriormente, "se han descubierto tres regiones genéticas diferentes, que se ajustan a los criterios para ser ADN arcaico, todavía presentes en los genomas de los africanos subsaharianos", ha apuntado. En este sentido, ha asegurado que esta marca es aun más fuerte en las poblaciones de Africa central.
"Estamos hablando de algo que ocurrió hace entre 20.000 y 60.000 años atrás, no hace mucho en el esquema histórico; si el entrecruzamiento ocurrió, pudo aportar como herencia un cromosoma completo, y con el tiempo, los eventos de recombinación fragmentarían el cromosoma, encontrándonos ahora esas piezas en forma de fragmentos breves e inusuales", ha explicado el científico.
Según los investigadores, a pesar de que las secuencias de ADN arcaico representan sólo un dos o tres por ciento de lo que se encuentra en los humanos modernos, esto no significa que el mestizaje no fuera más amplio. En un siguiente paso, el equipo de Hammer quiere buscar regiones de ADN antiguo que hubieran dotado con alguna ventaja selectiva a los seres humanos anatómicamente modernos.
Fuente: La Razón
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