La crisis puede ser una de las razones, pero no la única. "La gente es más consciente de esta posibilidad".
Todo tiene un precio, hasta la muerte. Y, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ya ronda los 3.500 euros. En tiempos de crisis, las compañías no se están apuntando a fórmulas 'low cost' para los servicios funerarios. "Por el momento los precios se mantienen", afirma David Hurtado, portavoz de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).
Pero el entierro o la incineración no son las únicas alternativas. Existen otras que son gratuitas, como la donación del cuerpo a la ciencia, posibilidad que se ha disparado en los últimos tiempos. "En mi departamento hemos pasado de recibir 10 cuerpos al año a 50", explica Fermín Viejo, secretario técnico de la Sociedad Anatómica Española (SAE).
La crisis puede ser una de las razones, pero no la única. "La gente es más consciente de esta posibilidad", afirma. Otros eligen esta opción para ahorrarse los costes del 'regreso'. "En la costa, las universidades están recibiendo cadáveres de ancianos británicos o alemanes que vivían allí, cuya repatriación es muy cara", cuenta Viejo.
Fermín Viejo, secretario técnico de la SAE, cuenta que el culto a la muerte está cambiando en nuestro país. "Los países mediterráneos eran los que tenían menos tasa de donación de cadáveres", explica Viejo.
"Aquí había universidades que recibían un cadáver al año y, ahora, las que más reciben ya están en torno a los 100 anuales", cuenta el también profesor titular de Anatomía de la UCM. "La gente es cada vez más altruista y ya es consciente de que con un cadáver se pueden salvar vidas", sentencia.
Fuente: Qué
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