Una anciana rica que deja al morir una legión de pisos y propiedades a nombre de su gato Tomasso.
De la millonaria tampoco se sabe mucho más que se llama Maria Assunta y que heredó de su marido una lujosa villa, varios apartamentos en Roma y Milán y unos cuantos terrenos en Calabria. Y que no ha encontrado a nadie a quien legarle toda su fortuna, según publica el diario Il Messaggero.
La mujer escribió un testamento en el que legaba al animal, su más fiel acompañante en los últimos días de su vida, toda su fortuna, lo que le ha convertido en uno de los gatos más ricos del mundo, aunque no el que más.
No obstante, como la legislación no permite en Italia las herencias a los animales, se ha designado como tutora a una enfermera que trató a la anciana en sus últimos días, y que se ha confesado –cómo no- amante de los animales. El destino final de la fortuna es todavía una incógnita.
Fuente: La Razón
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