"El chip abre un nuevo campo de posibilidades para estudiar el tumor en tiempo real", asegura optimista Haber, "[en el futuro] tendremos nuevas opciones para medir la respuesta al tratamiento, definir parámetros predictivos y estudiar la biología de las metástasis que se propagan por el organismo a través del torrente sanguíneo".
Oncólogos del Hospital General de Massachusetts -Estados Unidos-, diseñaron en 2007 un test capaz de captar en una muestra de sangre las células cancerosas que escapan al torrente sanguíneo desde un tumor sólido. Recientemente, el mismo equipo ha demostrado que no sólo es posible identificar y aislar esas células tumorales circulantes en la sangre procedentes del cáncer de pulmón, sino que además se puede analizar su perfil genético para ver qué tratamiento debe recibir el paciente o si el cáncer ha dejado de responder a la terapia. Sus resultados se han adelantado en la edición digital de la revista "The New England Journal of Medicine".
Con el diseño de un microchip que "atrapa" las células cancerosas sin necesidad de biopsias y con resultados inmediatos en la detección de estas células, se puede seguir la evolución de las células tumorales y detectar si desarrollan mutaciones adicionales, además de identificar a los candidatos idóneos para recibir los fármacos anti-EGFR.
Los científicos analizaron muestras de sangre de 27 pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas; una variedad que representa el 80% de estos tumores. De ellos, 23 tenían una mutación en sus células (concretamente en la proteína EGFR) que hace que respondan particularmente bien a ciertos fármacos, los inhibidores de la tirosin-quinasa. Sin embargo, aunque los pacientes con esta 'marca' genética reaccionan muy bien a estos fármacos, muchos de ellos desarrollan resistencias a los tratamientos y vuelven a recaer transcurrido cierto tiempo.
En el trabajo, se hicieron análisis de sangre regularmente a los pacientes mientras éstos estaban en tratamiento. El microchip fue capaz de 'acertar' la presencia de la mutación EGFR en el 92% de los casos; y permitió detectar además qué pacientes que sí habían respondido inicialmente al tratamiento desarrollaron nuevas mutaciones que les volvieron resistentes a las terapias.
"Esta tecnología -que aún no está comercializada- nos ofrece un método no invasivo para repetir los análisis en el curso del tratamiento", destaca Daniel Haber, director del ensayo. Este especialista reconoce que el "atrapa células" está en fases preliminares, y advierte que tardarán al menos otro año más hasta que la tecnología esté lista para ser utilizada en ensayos clínicos más amplios y aplicados también a otros tipos de cáncer diferentes al de pulmón.
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Fuente: El Mundo
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