Una guía gratuita ofrece seis itinerarios para ciclistas por zonas arboladas. Las rutas aprovechan carriles bici o aceras anchas y permiten enlazar con el transporte público.
Barcelona tiene paseos verdes en bicicleta. Como mínimo hay seis rutas en las que los parques o al menos los árboles acompañan al ciclista de punta a punta de la ciudad. Y con el fin de fomentarlas, el Bicicleta Club de Catalunya (Bacc) ha editado, con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, 5.000 planos/guías que se distribuyen de forma gratuita, pero que también se pueden bajar de la web www.bicicleta.cat. Las rutas han sido bautizadas con el nombre de Biciarbres.
«El objetivo es promover un uso tranquilo de la bicicleta para que aumente su utilización en la ciudad. Pretendemos ofrecer rutas sosegadas y enlazadas con el transporte público para salir los fines de semana», explica Haritz Ferrando, coordinador del Bacc.
«El objetivo es promover un uso tranquilo de la bicicleta para que aumente su utilización en la ciudad. Pretendemos ofrecer rutas sosegadas y enlazadas con el transporte público para salir los fines de semana», explica Haritz Ferrando, coordinador del Bacc.
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De las seis rutas ofrecidas, cada una con sus peculiares características, Ferrando destaca dos: la número 6, que une el parque del Laberint con el Fòrum, es decir, de Collserola al mar (6,5 kilómetros en bajada), y la número 1, que comienza en el Arc del Triomf , se sumerge en la Ciutadella y recorre después el frente marítimo hacia el principio o el final de la Diagonal. «Esta última es la que más me gusta y la que recomiendo porque combina dos parques de estilos muy diferentes y muy bonitos, el de la Ciutadella y el de Diagonal Mar. Así se puede pedalear desde la zona más antigua de la ciudad a la más moderna», cuenta Ferrando.
Raúl Madrid, geógrafo y experto en arbricultura, ha sido el asesor especialista en la elaboración de Biciarbres. «Hemos elegido rutas amenas para el público. A veces son criterios más botánicos, con la elección de grandes parques o determinados jardines. En otras prima la cuestión lúdica, como la posibilidad de hacer un paseo desde la montaña al mar. Pero cada itinerario tiene su hilo conductor», explica Madrid.
Para este apasionado de la botánica y de la bicicleta, la ruta más atractiva es la número 5, que comienza y acaba en la plaza de Espanya tras una inmersión en Montjuïc. «Es la más dura, por la pendiente, pero se puede coger el funicular en el Paral·lel para subir a los jardines Cinto Verdaguer --cuenta Madrid-- . Incluye el Jardí Botànic Històric, detrás del Palau Nacional, donde por su especial microclima hay mucho árbol del norte de Europa. Es un jardín poco conocido y muy interesante».
El Bacc, entidad sin ánimo de lucro que tiene 1.600 socios, ha propuesto otras rutas en bici por la ciudad. También promueve un diseño urbano más amable para las dos ruedas y la educación del ciclista.
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Fuente: El Periódico
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