El requisito indispensable era llevar empadronado más de un año en el pueblo y tener capacidad para desarrollar las tareas.
Ante la falta de alternativas, en un rincón de Andalucía encontraron una curiosa solución. La alcaldesa de la localidad andaluza de Humilladero escucha cada día en su despacho los testimonios de sus conciudadanos que por momentos se ven más desolados por encontrar un trabajo o ganar algo de dinero para comer y pagar las viviendas. Pero con el 30% de índice de desempleo al que cada mañana se enfrentan los andaluces, la situación es compleja y difícil de solventar. La necesidad dio pie a la imaginación y la creatividad, por eso, esta alcaldesa propuso una iniciativa pionera en España para los habitantes de su pueblo que en menos de dos semanas ya ha sido copiada por otras localidades andaluzas: rifar empleos públicos.
"La idea vino porque cada día recibo en mi despacho a gente del pueblo que viene a contarme lo mal que lo están pasando. Y yo no soy nadie para decir que una persona se merezca un trabajo más que otra, me parecía injusto seleccionar a unos y dejar a otros fuera. Aquí nos conocemos todos, somos 3.500 personas, así que decidí que lo mejor era sortear los empleos", le dice a BBC Mundo la alcaldesa de Humilladero, Noelia Rodríguez, de la formación política Izquierda Unida.
Y matiza. "De todas formas, empleo no es competencia de los ayuntamientos, sino del gobierno (Partido Popular). Pero como vemos, hacen más medidas de recortes, no de fomento de empleo", critica la alcaldesa.
[Contenido adicional: vea el cómic animado que explica el origen de la situación económica española en "Españistán", de Aleix Saló, en YouTube]
Josefa Romero fue la primera mujer seleccionada. Trabaja desde hace dos semanas en el puesto de albañil. "Estoy contentísima, es una idea estupenda para la gente del pueblo, y me da sueldo para un mes, que lo gastaré en comida y en algunas deudas que tengo que pagar", cuenta tras haber salido de su jornada laboral de cuatro horas. "Estamos arreglando un parque que está quedando muy bonito. Yo cargo ladrillos, el cemento, la mezcla... hago lo mismo que cualquier albañil", declara para BBC Mundo. Josefa vive con su marido y su hijo, también desempleados, y ya estaba acostumbrada a trabajar bajo el sol. Antes de la crisis económica trabajaba en el campo, recogiendo aceitunas, tomates, pimientos, en la vendimia... en lo que iba saliendo por temporadas. "Pero desde la crisis, ya no nos llaman a las mujeres para trabajar en eso. Ahora están haciéndolo los hombres, que antes trabajaban en la construcción, donde ya no hay trabajo", explica. Aunque precisamente con el sorteo, ahora es ella la que trabaja en la construcción; y los otros dos seleccionados, que son hombres: hacen las tareas de limpieza y jardinería del pueblo.
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