Más gente viaja sin hotel. Más de 3 millones lo hacen de sofá en sofá y 250.000 intercambian sus casas.
El 'Couchsurfing' es una red social que conecta a más de tres millones de personas por todo el mundo y permite cambiar de lugar sin necesidad de hotel, utilizando el sofá de otros viajeros. Aunque está creada con esta filosofía «esto no es estrictamente así», puntualiza Inés. «Durante mis experiencias en 'Couchsurfing' me han proporcionado camas, sofás y, en una ocasión, un apartamento para mí y una amiga solas», explica.
Y, así, ahorrando gastos se ha alojado en Rumanía, Hungría, Estonia, Finlandia, Polonia y Alemania. Al mismo tiempo, ha abierto las puertas de su casa a viajeros de EEUU, Francia o Armenia.
Otra forma de viajar sin pagar por colchón es el intercambio de casa. Una técnica que comenzó en los años 50 en EEUU a través de un catálogo impreso que circulaba de costa a costa y que hoy, gracias a internet, se ha extendido por todo el mundo. El año pasado 250.000 personas realizaron un intercambio de hogar. «Nosotros ya tenemos casas en más de 125 países y, en España, se han fijado 186 intercambios de hogares para estas vacaciones», explica Carlos Lascorz, responsable de prensa de Knok. Esta plataforma, que nació en 2011, ya tiene más de 9.000 hogares en su base de datos. Las reglas son muy sencillas: «Tú te apuntas y pagas una suscripción de 119 euros que te permite cerrar tantos intercambios como quieras en un año. Luego eliges el hogar al que te gustaría ir y firmas un acuerdo online». Clara ya lo ha probado en cuatro ocasiones. «Hemos hecho intercambios en Nueva York, Burdeos, Berlín y Venecia», explica esta catalana. «Esta forma de viajar es más entrañable porque llegas a un hogar. Para mí los hoteles ya no existen», sentencia. En cuanto a dejar su casa a 'extraños', afirma que «es como dejársela a unos amigos porque es gente afín. Siempre nos hemos encontrado la casa perfecta a la vuelta».
TRABAJAR PARA DORMIR
Como última alternativa para recorrer el mundo 'de gorra' existe Helpx. En esta plataforma, hoteles, albergues o granjas ofrecen alojamiento a cambio de unas horas de trabajo. Una iniciativa con mucha repercusión en el sur de España. Mientras, Inés busca sofá en Creta, «y puede que en Santo Tomé y Príncipe puesto que hoy en día se puede viajar así por todo el mundo».
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