El tribunal considera que el personal del establecimiento omitió el deber de eliminar el riesgo creado para los clientes.
Una mujer recibirá una indemnización tras resbalarse con un yogur derramado en un supermercado.
La Audiencia de Cantabria ha condenado a una cadena de supermercados a pagar 12.710 euros a una mujer por los daños y las secuelas que sufrió tras una caída al resbalar con un yogur que estaba derramado en el pasillo de uno de sus establecimientos.
La Audiencia ha confirmado el fallo de un Juzgado de Primera Instancia de Torrelavega, que ya condenó al supermercado a pagar esa misma cantidad más los intereses a la clienta que se cayó. La sentencia explica que los restos de yogur estuvieron tirados sobre el pasillo en torno a una hora, sin que ningún empleado lo recogiera.
El tribunal coincide en que el personal del supermercado omitió el deber de eliminar el riesgo creado para los clientes de ese establecimiento. Y advierte a la representación del supermercado de que si alega la culpa de la mujer, como ha hecho, tiene que probarlo, algo que «no se ha producido en este caso».
También argumenta la Audiencia cántabra que un cliente cuenta con «un principio de confianza no subjetiva», que consiste en que, al tratarse de un local abierto al público, se han de tomar «todas las medidas para que no se creen riesgos».
«De suerte que en relación con tal perspectiva el cliente no ha de observar una especial atención al estado de conservación del pasillo, al que ha de presumir y prever perfectamente conservado», razonan los magistrados en su sentencia. La Audiencia de Cantabria ha condenado a una cadena de supermercados a pagar 12.710 euros a una mujer por los daños y las secuelas que sufrió tras una caída al resbalar con un yogur que estaba derramado en el pasillo de uno de sus establecimientos.
La Audiencia ha confirmado el fallo de un Juzgado de Primera Instancia de Torrelavega, que ya condenó al supermercado a pagar esa misma cantidad más los intereses a la clienta que se cayó. La sentencia explica que los restos de yogur estuvieron tirados sobre el pasillo en torno a una hora, sin que ningún empleado lo recogiera.
El tribunal coincide en que el personal del supermercado omitió el deber de eliminar el riesgo creado para los clientes de ese establecimiento. Y advierte a la representación del supermercado de que si alega la culpa de la mujer, como ha hecho, tiene que probarlo, algo que «no se ha producido en este caso».
Agregan que el cliente no está en el supermercado «por mero recreo», sino para comprar, de manera que, según apuntan, ha de fijar sus sentidos en los productos, en aspectos tales como su estado, caducidad o composición. Y ello supone «una desatención» al pasillo, «confiando en que el dueño lo mantiene en perfecto estado», apostilla la sentencia. El fallo de la Audiencia mantiene la cantidad de 12.710 euros que el Juzgado impuso como indemnización para esta persona por los daños y las secuelas sufridas por la caída.
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Fuente: ABC
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